El cine y la ciudad. NYC (II)

¿Cómo retratar Nueva York con apenas unos trazos y unos sonidos? ¿Cómo evocar una ciudad concreta, la Nueva York de los 60, con su mezcla de todo, con sus problemas raciales en aquel contexto americano de los 60, con su urbanismo explosivo, con su movimiento perenne y sus barrios degradados, en la misma Manhattan, hoy impensables? 

La solución a la ecuación pasa en West Side Story (Robert Wise, 1961) por reunir a varios genios, que ya dejan clara su declaración de intenciones en la secuencia de títulos inicial. El grafismo de Saul Bass, sintetizando una isla en apenas unos trazos, la música enérgica de Leonard Bernstein y la cámara de Robert Wise moviéndose hacia el West Side de la isla ,nos presentan el escenario de la tragedia con claridad, concisión y modernidad, enlazando después con el mítico número de presentación de los Jets y los Sharks, coreografiado por Jerome Robbins y que es también un ejercicio de danza precursor de muchas disciplinas ahora de moda en este arte (el parkour, los estilos urbanos). Y cuando el final de la película nos deja clavados, Saul Bass vuelve a interpelarnos y a subrayar esa cierta visión pesimista de la América de los 60 con otra secuencia de títulos finales para no perdérsela. Una ciudad y un momento concreto a través de la lupa de unos gigantes, creativos y únicos.  






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