Eterna y abierta


Acabo de volver de pasar unos días en Roma, de visitarla por segunda vez. La ciudad me ha dejado enganchado profundamente; solemne, grave, pero también desprejuiciada y lúdica. Me interesa mucho la Roma Antigua, pero quizás más la Renacentista y Barroca, la reinvención de la ciudad, de sus plazas, de sus calles, el aparato escénico de su urbanismo. A veces, tengo la impresión de que los arquitectos de cualquier época anterior fueron mucho más audaces que los modernos actuales.
Como nos contaban algunos en la carrera, un arquitecto debería ir una vez al año a Roma; sin llegar a tanto, espero volver con frecuencia.

No hay comentarios: